Comida para llevar trae el "lo-fi caribeño" a San Salvador este próximo 6 de junio

Lo que empezó como un juego entre amigos se convirtió en una de las propuestas más sabrosas del rap alternativo. Comida para llevar está lista para su primer show en San Salvador este 6 de junio.

El nombre no promete grandeza ni se adorna con metáforas. Dice exactamente lo que es: Comida para llevar. Y como un buen plato callejero, el proyecto musical de Veztalone, Hocho y Tayko se sirve rápido, caliente, con sabor a hogar y a calle. Lo que no dice el nombre, pero se siente al escucharlos, es que detrás hay una de las propuestas más auténticas del rap alternativo latinoamericano. Una que mezcla beats suaves con jerga íntima, y que transforma lo cotidiano en algo profundamente disfrutable.

El próximo 6 de junio, la Alianza Francesa de San Salvador será punto de entrega. Los muchachos llegan por primera vez a El Salvador, en un show producido por La Nueva, y vienen con todo. Traen canciones, historias, y esa vibra de fiesta relajada entre amigos que te recarga como si vinieras de un viaje, así lo describen ellos mismos. 

En 2025, Comida para llevar recorre Latinoamérica con una gira que los ha llevado por Chile, Argentina, Panamá, Guatemala, Costa Rica, Honduras y otros destinos. Su popularidad en plataformas digitales crece gracias a su comunidad orgánica. Foto: Comida para llevar

Hablamos con Veztalone y Hocho desde Buenos Aires, donde se han tomado unos días para explorar la ciudad porteña como parte de su gira. Conversamos sobre su música, su proceso creativo y lo que pueden esperar los fans en San Salvador. A su ritmo lo llaman "Lofi Caribe", una fusión que no suena a estudio, sino a ensayo libre. Ritmos que se deslizan sin urgencia, líricas que cuentan lo que les pasó ayer o lo que están sintiendo ahora, y una producción que parece artesanal, pero está armada con ojo y oído afilado. “Desde siempre nos representó lo chill, el rap desde un ángulo no tan agresivo”, dice Veztalone. “Luego, cuando dimos con el lo-fi, encontramos un sonido que ligaba raíces más europeas o anglo con nuestra esencia caribeña. Nos gusta muchísimo cómo suena, y lo fuimos desarrollando poco a poco”, agrega.

Ese equilibrio entre sencillez y complejidad, entre lo inmediato y lo profundo, atraviesa todo el proyecto. Comida para llevar nació entre amigos y sigue siendo eso: una excusa para encontrarse, para colaborar, para hacer música como quien cocina con lo que tiene. Solo que ahora el grupo de amigos es global. “Pasamos de hacer música entre panas a buscar nuevos amigos en cada ciudad”, cuenta Veztalone. “Y siempre nos gusta que haya un poquito del país que visitamos en cada sesión”, revela.

"Comida para llevar lleva el rap a otras atmósferas, a personas que normalmente no lo escuchan", Hocho.

La cocina está abierta todo el tiempo. “Nos gusta mucho hacer canciones al bajarnos del escenario después de un buen show. Tenemos esa energía de la gente muy latente en nosotros y usamos eso que nos da la gente para crear”, confiesa Vestalone. “Jugamos mucho a fotografiar el estado mental”, dice Hocho. “No hay un solo tema ni una sola fórmula. Lo importante es que lo que salga suene bien, incluso si no estás prestando atención a la letra”, comenta.

En eso son exigentes. Las canciones tienen que tener sabor. Tienen que acompañar. “Inclusive si no te gusta el rap, te puede gustar Comida para llevar”, dice Hocho. “Llevamos el rap a otros lugares, otras atmósferas, otras personas”. Y por eso su música conecta con un público que normalmente no se metería en ese mundo. Porque no hay fachadas ni poses. Hay ganas de compartir.

Esa misma naturalidad define sus colaboraciones. No arman feats para impresionar, sino para jugar. Así han trabajado con Rawayana, Akapellah, Motherflowers, Rap Bang Club y otros. Como buenos cocineros, saben que algunas cosas toman tiempo. El próximo disco, All You Can Eat Vol. 4, está en proceso. Pero va lento. “Queremos que se cocine a fuego lento”, dice Veztalone.

Cuando hablan de ir por un “sueño grande”, no sacan la típica lista de festivales o colaboraciones con nombres rimbombantes. “No somos tanto de sueños”, dice Veztalone. Pero luego, entre risas, suelta dos cosas: "Jorge Drexler… y tocar en México". Y ahí está la pista. No se trata de conquistar la industria, sino de seguir el viaje, de hacer música desde la curiosidad. Por eso cada parada en su gira es también una residencia artística. “Cada país nos está dejando al menos una canción increíble”, dicen.

A veces se definen como platos. Hocho se siente como una arepa. Adaptable, presente en todas partes y en todo momento. "Puedo complementar todos los universos que necesite", dice. Veztalone, en cambio, se ve como una hallaca. Sabrosa, rara, llena de ingredientes y que aparece solo una vez al año. “Tiene todos los sabores juntos, tiene color. Y ocurre en diciembre, una fecha que me encanta”, explica.

Comida para llevar se ha consolidado como uno de los proyectos más propositivos del rap alternativo en Venezuela. Liderado por Veztalone, junto a Tayko y Hocho. Foto: Comida para llevar

Esa combinación lo resume todo. El proyecto tiene capas. Es ligero y hondo. Inmediato y lleno de memoria. Es como pedir algo de comer y que, en lugar de calmarte el hambre, te deje pensando en lo que acabás de probar.

Este 6 de junio, la mesa estará servida en la Alianza Francesa de San Salvador. “Queremos que el show se sienta como un viaje con tus mejores amigos, esos que te recargan. Que sea una nueva temporada en tu vida”, dice Veztalone. Y Hocho agrega, entre risas, que está emocionado de venir a El Salvador y ver los volcanes. No hay guión, no hay pretensión. Hay música, hay amistad, hay curiosidad. Y con eso basta.

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