La nostalgia vuelve a hacer su truco en Freakier Friday

Dos décadas después, Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis vuelven a intercambiar cuerpos, ahora en una comedia que cruza generaciones y apuesta por la nostalgia televisiva.

Comenzaré con una reflexión nada relevante y una opinión relevante. La reflexión: a mí también me ha pasado que mi mente le manda la señal a mis piernas para que se levanten, y mis piernas no hacen ni el intento de obedecer; y eso que aún estoy en el tercer piso. La opinión: este es un caso en el que usar la misma fórmula para una secuela funciona con la única condición de que te haya gustado la primera.

Freaky Friday se estrenó en 2003, pasó por cines con un éxito moderado, pues costó 26 millones y terminó recaudando 160. Pero no fue hasta que llegó al mercado doméstico, específicamente a Disney Channel, que la película tomó un grado de popularidad que no tenía. Me atrevería a decir que su paso por el cable (sí, yo recuerdo ese canal y también la espalda ya me duele cuando me agacho) le otorgó un estatus de clásico televisivo de Disney.

Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis posan al centro del grupo de actores durante la premiere de Freakier Friday en Londres, rodeadas de parte del elenco y equipo creativo. Foto: StillMoving.Net para The Walt Disney Company.

22 años después llega esta continuación, y ahora el cambio de cuerpo no será de madre e hija, esta vez será de generaciones. Tenemos en conflicto mágico/místico a una baby boomer, a una millennial y a dos representantes de la generación Z. Y gran parte de lo bueno que tiene esta película es gracias a las dos adultas de este elenco. Se nota que están comprometidas con el proyecto, y no están ahí solo porque hay deudas que pagar y la nostalgia vende.

Con respecto al elenco, tenemos a Jamie Lee Curtis, mi amada Laurie Strode (solo para conocedores), repitiendo su rol como la doctora Tess Coleman, madre de Anna Coleman, interpretada nuevamente por Lindsay Lohan. Sin menospreciar al resto del elenco, entre la dinámica de estas dos personajes recae el peso de toda la película. Me siento en la obligación de recalcar que, dos décadas después vuelven a trabajar juntas, y no han perdido para nada la química entre ellas. Están sobradas de carisma.

Del lado de la generación de estructura ósea resistente y metabolismo acelerado tenemos, haciendo un trabajo bastante correcto, a las actrices Julia Butters y Sophia Hammons, interpretando a Harper Coleman y Lily Reyes, respectivamente. La primera es la hija de Anna y la segunda es la hermanastra de Harper, hija de Eric Reyes, novio de Anna, interpretado por el actor Manny Jacinto. 

Lindsay Lohan interpreta a Anna Coleman y Jamie Lee Curtis a Tess Coleman en Freakier Friday, en una escena que refleja la divertida dinámica madre-hija que define la película. Foto: Glen Wilson para Disney Enterprises.

Siendo justos, la presencia del personaje de Eric así como el del viejo amor de Anna, Jake Austin, interpretado por Chad Michael Murray, tienen presencia anecdótica. Están ahí para dar un par de escenas graciosas, puntuales y en algunas ocasiones, gratuitas. 

He de aceptar que, el hecho de que muchos actores más de la película del 2003 repitieran sus roles, le da un aire diferente a la nostalgia que se quiere explotar aquí. Es una sensación diferente cuando se repiten protagonistas que ya conocemos acompañados de secundarios completamente diferentes a los que recordamos. 

La  estructura de Freaky Friday se repite en Freakier Friday, con escenas que recuerdan (calcan) a lo que vimos en 2003. El intercambio de cuerpos sigue siendo una metáfora de la empatía, o en otras palabras, ponernos en el lugar de los demás. 

Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis comparten un momento entre tomas en el set de Freakier Friday, mostrando la química que llevó a la producción a capturar las icónicas escenas de comedia familiar. Foto: Andrew Eccles para Disney Enterprises.

El drama no llega a tener gran profundidad y se explora desde un punto de vista superficial. Y en la comedia, tenemos situaciones que juegan con factores como la edad o la brecha generacional, los cuales son una salida fácil, pero en este caso, funcionan. Esta nueva entrega entretiene, a la vez que actualiza a su predecesora, más no la supera. En 20 años seguiremos recordando la primera entrega por encima de esta. Para ir cerrando, esta película es ideal para desconectar un poco, pasarla bien y sentirse viejo por dos horas.

Mención especial para Jamie Lee Curtis. En 2022, luego de grabar la última entrega de la saga que la hizo famosa (solo para conocedores), inició su cruzada personal tocando puertas para el desarrollo de esta secuela. Y sí, también tocó la puerta de Lindsay Lohan para que regresara como coprotagonista. 

No nos engañemos. Queremos que le vaya bien a Lindsay Lohan, y esperamos que Freakier Friday sea su resurgir y vuelva a despegar en la industria. Para hacerle honor a su prime como actriz, nunca es mal momento para recordar su otro clásico dosmilero: Mean Girls, de 2004. Especifico el año para que no vean la adaptación del 2024, en la que Lohan no tiene más que un cameo de pocos segundos.

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