El autor se adentra en un horror que no necesita criaturas fantásticas para estremecer. Basta con mirar el país de cerca. “El abismo en todas las cosas” es una lectura que revela, incomoda y sorprende, incluso a quienes jamás han tocado el género.
La presentación de “El abismo en todas las cosas” ocurrió el 3 de octubre de 2025, en el tercer piso de la biblioteca de la UCA. Fue uno de esos encuentros donde el espacio condiciona el ánimo. Luces bajas, el murmullo de quienes llegan tarde, el olor a papel mezclado con aire acondicionado.
Ideal para hablar de un libro que aparece justo cuando inicia la temporada “spooky”. Frente a mí, una audiencia casi desconocida pero claramente parte de esa comunidad lectora que ha heredado, con sus propios códigos, el canon literario salvadoreño. Entre ellos estaba Andreas Portillo, discreto, casi esquivo.
Hay autores que disfrutan de la exposición y otros que se sienten más verdaderos en el silencio. Por la manera en que transcurrió el panel, y por lo que costó coordinar una entrevista después, es evidente a qué grupo pertenece. Su reserva parece un rasgo más de la voz que sostiene estas historias de horror cósmico.
Andreas Portillo, nacido en 1994 estudió Sociología en la Universidad de Buenos Aires. Ha sido ganador de los Juegos Florales de El Salvador en la categoría de cuento (2023) y Novela Corta (2015 y 2022). Los Juegos Florales constituyen el certamen literario más importante en esta república tropical.
Horror cósmico, ¿qué es?

Cuando se piensa en horror cósmico el nombre por antonomasia es el de H.P. Lovecraft, se haya leído algo de él o no, como es mi caso. Por lo tanto hay que citar su definición: subgénero del terror que se centra en el miedo a lo incognoscible y a la insignificancia de la humanidad en un universo vasto, indiferente e incomprensible. En otras palabras, el misterio, el peligro y la fragilidad son estados permanentes. Es importante identificarlo porque a partir de esto podemos entender a qué tipo de lectura nos vamos a enfrentar.
Este género se desglosa del horror, en lo salvadoreño solemos asociarlo con leyendas como el Cadejo o la Siguanaba. Aquí las bases están en lo místico y la moral.
También es importante, aunque no imperativo, diferenciarlo de otros géneros que suelen asociarse, como la ciencia ficción que puede llegar incluso a ser optimista. El horror cósmico, contrario a este, genera zozobra y desesperanza. Y a pesar de que aquellas personas consumidoras de estos tipos de contenidos lo tengan claro, considero importante señalar en qué consiste y se diferencia para quienes somos nuevas en este lado.
En “El abismo en todas las cosas”, Andreas decidió tomar este género y mezclarlo con personajes y escenarios de la historia nacional. Para su disfrute no es necesario conocer estos sucesos pero identificarlos crea una conexión más familiar, donde lo siniestro se siente cercano. El horror cósmico no solamente en forma de Cthulhu, sino en el omnipresente General Brujo.
El abismo en todas las cosas

Es un libro de 9 cuentos con 197 páginas en total. Inicia con “El abismo en todas las cosas” que da título al mismo, y termina con “La caza”. En la presentación del libro se abordaron puntos importantes, algunos ya mencionados, que además aparecen en la contraportada, partiendo con la frase “La historia salvadoreña ha sido mal contada” por Pedro Romero Irula.
Tiene una narrativa que pretende ser cercana pero sin perder términos que le dan su lugar dentro de la ciencia ficción, tales como entrelazamiento cuántico, sincotrón, o apellidos como Grinberg, que en la cultura popular se relaciona con Jacobo Grinberg, quien fue un científico mexicano desaparecido en 1994 bajo circunstancias misteriosas.
Además, en cada inicio de cuento debajo de cada título, está escrito un año que hace que el lector pueda situar los eventos históricos de ese momento. Un ejemplo de esto es en “Llamamiento (1944)”, año en que tuvo lugar la huelga de brazos caídos. En este y en la mayoría se menciona a El General Brujo, y de aquí se puede intuir, sin dar spoilers, cual es la figura en la que se inspira Andreas. Sus personajes van desde espías hasta adolescentes en San Jacinto.
A diferencia de otros escritos que parecen ver desde lejos a sus personajes, la cercanía que logra sentirse hace preguntarse si el escritor fue alguno de ellos.
Valor del horror cósmico salvadoreño
En los clásicos salvadoreños, tanto en literatura como en la tradición oral, el horror ha existido siempre. Sin embargo, trasladarlo a nuevas propuestas de ficción, en este caso el horror cósmico, abre una puerta a la curiosidad y al goce, de alguna manera didáctico, de nuestra historia.
El horror salvadoreño no se pinta solo de leyendas conocidas, el horror salvadoreño demuestra a través de “El abismo en todas las cosas”, cómo este puede transformar a humanos en monstruos, tal como lo hizo Mary Shelley en Frankenstein. El horror puede ser ocultismo llevado a cabo por figuras poderosas o por vecinos misteriosos.
El horror puede ocultarse en la mirada de blancos o ladinos que no entienden códigos y símbolos de poblaciones indígenas.
Como primera incursión en el horror cósmico, leer “El abismo en todas las cosas” resulta una experiencia que combina la diversión con la angustia. Es una lectura ligera, entretenida y sobre todo, capaz de quedarse rondando después de cerrar el libro. Definitivamente lo volvería a leer.
Disponible en Clásicos Róxil, Biblioteca café Soma Plaza, Café Luz negra, librería de la UCA y en Casa del libro en Ciudad de Guatemala.






