Octavia estrena casa en San Salvador y lo hace ampliando su propuesta. Una cava extensa, productos gourmet, una terraza para degustaciones y nuevos espacios para eventos exclusivos.
Octavia se mudó, pero no cambió de espíritu. Ahora se encuentra en Blvd. del Hipódromo #469, en San Salvador, con una tienda más amplia, mejor respirada, donde cada estantería es un mundo de sabores por descubrir. Entrar es, primero, un ejercicio de curiosidad. Más de 800 productos conviven en el espacio entre vinos, licores y una selección cuidada de productos gourmet que no buscan impresionar por volumen, sino por criterio de selección.
Hay botellas que vienen de lejos y otras que nacen aquí mismo. Chocolate y miel de productores locales comparten protagonismo con marcas internacionales como Cipriani, Barceló, Bottega o Augusta. Todas se complementan. La tienda funciona como un mapa de sabores donde los orígenes se cruzan sin ruido, dejando que cada producto cuente su historia con calma.
La nueva Octavia también invita a quedarse un momento más. La terraza abre la posibilidad de degustar, de probar sin prisa jamones curados, quesos finos, embutidos, conservas y productos artesanales que piden conversación y tiempo. Es un lugar donde el ritual gastronómico cobra sentido. Donde una tabla bien armada puede convertirse en el centro de una tarde o una noche larga.
Recorrer la tienda es una forma de viajar. La cava extensa propone vinos y licores de distintas regiones del mundo, y cada rincón sugiere combinaciones posibles. Un vino que pide pan, un queso que pide burbujas, una conserva que se entiende mejor con un vermut. Octavia sugiere las rutas y el visitante decide hasta dónde quiere llegar.
Lo más valioso no está únicamente en los productos, sino en lo que se puede hacer con ellos. Octavia es una aliada para quien disfruta recibir gente en casa, para quien quiere ser un buen host sin caer en lo obvio. Aquí se aprende a armar una mesa, a pensar un maridaje, a confiar en el detalle simple de compartir algo bien hecho.
Es también un espacio accesible para quienes saben y para quienes apenas empiezan. Para los que reconocen una uva al primer sorbo y para los que todavía preguntan qué vino va mejor con qué plato. Es aquí donde aparece Vladimir Segura, gerente de la tienda, atento y sin ceremonias. Escucha, recomienda, explica. Comparte maridajes y notas de cata sin arrogancia. Es la persona indicada para despejar dudas y abrir caminos.
La nueva ubicación mantiene servicios que ya son parte de la identidad de Octavia. El bar a domicilio, el espacio para la promoción de artistas locales, y suma dos áreas privadas para eventos, pensadas con una atmósfera íntima y cuidada. Lugares donde la experiencia se vuelve personal, casi confidencial.
Octavia se ha convertido en un punto obligado para quienes aman la buena mesa. No por moda, sino por coherencia y pasión. Porque entiende que comer y beber bien no es un lujo distante, sino un ritual cotidiano que se puede construye con atención, con curiosidad y con ganas de compartir. En su nueva casa, Octavia reafirma esa idea, una botella a la vez.
