H&M abrirá su primera tienda en San Salvador, marcando un nuevo capítulo en la forma de vestir, consumir y expresarse. La marca sueca llega con una propuesta que invita a repensar el clóset como reflejo de nuestras decisiones y del tiempo que habitamos.
H&M llegó a América Latina hace más de una década y desde entonces ha construido presencia en México, Perú, Uruguay, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Panamá y Costa Rica. El Salvador será su nueva parada antes de la esperada entrada a Brasil, prevista para finales del mismo año.
La tienda de San Salvador no solo incluirá sus colecciones de mujer, hombre y niño, sino también el concepto H&M Home, con una oferta de productos para el hogar que, en otras ciudades del mundo, ha transformado las ideas de decoración cotidiana. En la colección inaugural, los salvadoreños encontrarán la línea otoño-invierno 2025, inspirada en la alta costura y compuesta por prendas sobrias, elegantes y duraderas: una apuesta por lo clásico en un momento donde la moda también se piensa desde la conciencia ecológica.

“Estamos increíblemente orgullosos de ser el socio franquiciado de H&M en Centroamérica y el Caribe”, dijo Beatriz Volkmann, gerente general de Hola Moda S.A., empresa que representa la marca en la región. “La variedad de opciones para toda la familia, a los mejores precios, unido a los valores de sostenibilidad de la marca, esperamos que sea nuestro mayor atractivo para los clientes salvadoreños”, añadió.
Pero ¿qué significa realmente sostenibilidad para un gigante como H&M? No es un concepto vacío. Según su hoja de ruta, para 2030 la marca busca que el 100 % de los materiales que utiliza provengan de fuentes recicladas o sostenibles. Ya han alcanzado un 89 %. Para ese mismo año, se han comprometido a reducir en un 56 % sus emisiones de gases de efecto invernadero, con miras a lograr la neutralidad total en 2040.
Diseñar para la circularidad es el lema que guía sus decisiones. Crear piezas pensadas para durar, para ser reparadas, revendidas o recicladas al final de su vida útil. “En un mundo con recursos finitos, tenemos que cambiar la forma en que hacemos todo, incluida la moda”, dicen desde la matriz del grupo en Estocolmo. Y aunque el reto es global, se juega también en cada nuevo país donde abren una tienda.

En los próximos meses, Multiplaza se convertirá en un sitio de peregrinación para quienes han esperado años por esta noticia. Pero más allá de los escaparates, esta apertura marca una nueva página en la historia del consumo en El Salvador. Es una historia de globalización, de identidad en construcción y de nuevas conversaciones sobre lo que usamos, lo que desechamos y lo que queremos conservar. Porque a veces, como dijo alguien, lo que vestimos dice más de nosotros que lo que decimos.