Revolution Pilates Studio fue el escenario de “Happy Core Hour”, una noche de bienestar organizada por Mediana que combinó pilates reformer, regalos especiales, música y una atmósfera pensada para reconectar con el cuerpo y la comunidad.
El miércoles por la noche, Mediana convocó a su comunidad en Revolution Pilates Studio, ubicado en Presidente Plaza. Para muchos, era el final de un día largo. Cuerpos cansados, mentes saturadas, rutinas que se acumulan. Frente a ellos, las máquinas reformer estaban listas, firmes en su lugar. Poco a poco fueron llegando los invitados, lectores y amigos de la revista.
Entre snacks, regalos y buena música, comenzó “Happy Core Hour”, el primer encuentro de wellness organizado por Mediana en colaboración con Revolution Pilates Studio. La clase estuvo a cargo de Ana Pineda, licenciada en educación física y coach del estudio, quien guió a los asistentes a través de una rutina centrada en la precisión, el control muscular y la respiración. Más que una sesión de ejercicio, fue una oportunidad para bajar el ritmo, prestar atención al cuerpo y compartir una experiencia que equilibró movimiento y conexión personal.
Hubo dos sesiones de 45 minutos en las que los participantes exploraron las posibilidades del pilates reformer. Se trata de una plataforma deslizante con resortes que, lejos de intimidar, permite trabajar fuerza, equilibrio y control. Ana, con una voz segura y determinada, insistía en que “la clave está en conectar mente y cuerpo”. Con cada movimiento, el ejercicio invitaba a detenerse, a poner atención en el cuerpo y su capacidad de sostenernos.
La experiencia tomó matices distintos gracias a una mezcla de elementos. Las luces tenues, una vista panorámica de la ciudad y una playlist que cruzaba ritmos latinoamericanos con pop internacional. Todo sumaba a un ambiente cómodo, pensado para disfrutar sin pretensiones y dejarse llevar por el momento.
Quienes asistieron llegaron con distintas expectativas. Mauricio Moreno, por ejemplo, se aventuró a esta clase después de un fin de semana exigente: “Estuve escalando el volcán ‘Prohibido’ en Guatemala y ahora vengo a esto. Me parece una forma más relajada de trabajar el cuerpo”. Acostumbrado al hiking y al trekking, descubrió que también se puede activar el cuerpo sin llevarlo al límite.
Para Fátima Calderón, en cambio, el pilates ya es parte de su rutina. No lo ve solo como ejercicio, sino como una especie de meditación física. “Cada clase es una oportunidad de conectarme con mi cuerpo y desconectarme mental y emocionalmente de todo lo demás”, contó con una sonrisa.
Paula Rivera, fotógrafa y artista, llegó sin saber muy bien qué esperar. Su trabajo la mantiene en constante movimiento, cámara en mano, capturando lo intangible. “Este tipo de ejercicios de bajo impacto me puede ayudar a crear más resistencia en las piernas mientras hago mis fotografías”, reflexionó. Aunque fue su primer encuentro con el pilates, no será el último.
El cuerpo se movía, pero también se nutría. Delisoy endulzó la jornada con sus shakes saludables; Vivo montó una barra de mocktails tan refrescante como colorida; Octavia aportó con sus bebidas espumantes; MaxBloch entregó perfiles de bienestar físico; Farmacias San Nicolás ofreció kits de skincare; Byphasse sumó productos para el rostro; y Agua Las Perlitas mantuvo a todos hidratados, con pequeños detalles que prolongaron la experiencia.
“Me alegra ver a la gente descubrir este tipo de actividades de bajo impacto”, dijo Victoria Sánchez, Directora de Revolution Pilates. “Para nosotros es muy importante abrirnos a nuevas audiencias y nuevos formatos para compartir los beneficios del pilates para la mente y el cuerpo”.
Ese fue, quizás, el verdadero núcleo del evento. Entender el bienestar no como una meta, sino como una práctica diaria. Estirar el cuerpo, respirar profundo, compartir una bebida, regalarse una hora sin distracciones. En palabras de Guadalupe Chacón, Directora Comercial de Mediana: “Seguiremos buscando estos espacios para conectar a nuestra audiencia con los temas y actividades que más les interesan”, comentó. “Además tenemos una serie de aliados que respaldan todas nuestras acciones e iniciativas”, finalizó.
“Happy Core Hour” es apenas el inicio de una serie de encuentros donde el cuidado propio y el cuidado colectivo se entrelazan. Se trata de repensar la manera en que ejercitamos el cuerpo. Se trata también de cómo nos alimentamos, cómo descansamos, cómo hablamos con nosotros mismos y con los demás. De cómo, en medio de una vida que no siempre da tregua, aprendemos a hacer una pausa.
