Ana María Franco trae a El Salvador una nueva mirada sobre la maternidad

The Wellness Era trae a El Salvador a Ana María Franco, creadora de Mamá con Amor. Descubre la filosofía detrás de esta mujer y su mirada sobre la crianza y el bienestar.

Por estos días, Ana María Franco vuelve a comprobar que el diálogo más importante no siempre ocurre entre adultos y niños, sino dentro de uno mismo. Desde su proyecto Mamá con Amor, esta abogada colombiana convertida en mentora de padres y conferencista ha hecho de la crianza consciente una forma de explorar la vida interior. El próximo sábado 15 de noviembre, visitará El Salvador para ofrecer su charla “Cuídate para poder cuidar”, invitada por el colectivo de bienestar The Wellness Era.

La conversación con Ana María comienza con una emoción sencilla y desde el deseo de conocer a las personas que por años la han seguido en redes sociales. “Quiero vencer la virtualidad y encontrarme con ellas de frente”, dice. Detrás de esa intención está la misma lógica que atraviesa su trabajo. Reconectar. Hablar de crianza, de emociones, de autocuidado, es una manera de recordarse y recordarnos que el bienestar empieza cuando se baja la guardia.

Su historia personal parece escrita para enseñar sin pretensión. Antes de que existiera Mamá con Amor, Franco era una abogada con una carrera sólida, una vida planificada y poco tiempo para pensar en la maternidad. Todo cambió de golpe cuando su primera hija nació prematura, en una emergencia médica, a las 29 semanas de gestación y en otro país. “Tener una hija entre la vida y la muerte te pone en una posición de vulnerabilidad grande, en donde te preguntas qué es lo realmente importante”, recuerda.

Ana María Franco, mentora colombiana y creadora de Mamá con Amor, visitará El Salvador invitada por The Wellness Era para hablar sobre maternidad consciente y autocuidado. Foto: Cortesía Ana María Franco.

A partir de ese quiebre, su vida se partió en dos. La profesional racional y estructurada comenzó a estudiar el cerebro infantil para entender las posibles secuelas de su hija. Lo que encontró fue un mundo nuevo. Evidencia científica sobre el desarrollo emocional, estudios sobre los estilos de crianza, y la certeza de que muchos padres educan a ciegas, solos y con culpa. De esa búsqueda nació un proyecto que hoy reúne a miles de familias en distintos países y que propone algo tan simple y a la vez profundo, disfrutar de los hijos sin perderse a uno mismo.

“Nos volcamos tanto en el rol de padres que nos olvidamos de quiénes somos”, dice Ana María. Su propuesta es un recordatorio de que el autocuidado no es un lujo, ni un spa, ni una lista de hábitos perfectos, sino el gesto diario de escucharse. “Autocuidado es vigilar el diálogo interno, aprender a detenernos, revisar cómo nos estamos tratando”.

Su discurso se aleja de los manuales. Habla del cuerpo físico, pero también del cuerpo emocional, mental y energético. Propone pequeñas pausas. Tomar un café con los cinco sentidos, estar presente al hablar con un hijo, reconocer el cansancio antes del grito. En su mirada, el bienestar no está en lo extraordinario, sino en lo cotidiano.

Ana María habla de crianza “de 0 a 100 años” porque su idea del aprendizaje no se detiene con la edad. “Culturalmente creemos que llega un punto en que ya lo sabemos todo, pero el cerebro es neuroplástico para siempre. No paramos de aprender”. En esa afirmación cabe tanto la madre que busca respuestas como la adulta que se permite cambiar.

Con voz serena y una mirada que invita a la pausa, Ana María Franco propone una nueva manera de cuidar, una que empieza por uno mismo. Foto: Cortesía Ana María Franco.

A lo largo de su camino ha conocido distintos tipos de familias. Madres solteras, padres que crían, abuelos cuidadores, parejas diversas. En todas ha encontrado una constante, el deseo de hacerlo bien. Pero también la necesidad de sanar la herencia emocional que se transmite sin querer. “La capacidad de reinventarse es el mayor legado que podemos dejar a nuestros hijos”, afirma.

En casa, sus hijas son sus maestras. Le recuerdan que la teoría nunca reemplaza la práctica, que la paciencia no se estudia, se ejercita, y que la perfección no existe. Sus rituales son sencillos. Una hora de ejercicio diario, algunos minutos de lectura, una conversación consigo misma antes de empezar el día.

Si pudiera escribir una carta a todas las madres que la siguen, diría que los hijos “son un milagro que olvidamos con facilidad” y que no nos pertenecen. “Vinieron para construir vidas que les hagan sentido a ellos, no a nosotros”.

Durante la jornada del 15 de noviembre, en la Hacienda de los Miranda, Ana María compartirá escenario con Alexandra Zamora, especialista en desarrollo infantil y coach educativa. Con más de cinco años de experiencia, Zamora impulsa proyectos de innovación pedagógica y acompañamiento parental desde su plataforma MindSwitch Education, un espacio que busca tender puentes entre el aprendizaje, la emoción y la curiosidad.

Este sábado, en su encuentro con el público salvadoreño, esa certeza será el punto de partida para entender que cuidarse es, también, una forma de amor heredado. Para entradas y todos los detalles de este encuentro visita la página oficial de The Wellness Era.

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