Tere Safie revela un adelanto de Ila para la temporada Holidays 2025

Tere Safie abre las puertas de su taller para revelar Tiempo, la nueva colección de Ila para Holidays 2025. Una propuesta de moda que combina sutileza, textura y presencia.

El reloj del estudio de Tere Safie marcaba las cuatro de la tarde cuando comenzó a hablar del tiempo. No del que corre hacia ninguna parte, sino del otro, del que se detiene. El que se siente. “Queríamos cubrir esos momentos especiales que son los holidays y celebrar el tiempo como un instante”, me dijo la diseñadora, mirando hacía un rack donde colgaban las nuevas prendas que forman parte de su colección.

En la tienda, descansan las primeras piezas de la colección Tiempo, para el otoño-invierno 2025, esperando ser tocadas. Esta vez no hay estampados. Todo ocurre en las texturas. “El presente se siente más de lo que se ve”, explica Tere. Es su forma de decir que el lujo no está en el brillo, sino en el tacto. En cómo una tela puede recordar que uno está aquí, ahora.

La luz entra con fuerza en el estudio de Tere. Es como un hilo que parece coser los cuerpos de las prendas. Previo a la llegada de las clientas había un silencio de trabajo. Cada colección de Ila parece hablar de un instante de vida. Esta, en particular, lo hace desde el tiempo detenido, ese que se recupera cuando una mujer decide vestirse con calma y sin prisa frente al espejo.

La colección y sus silencios
La diseñadora Tere Safie, durante el adelanto exclusivo de su colección Tiempo. Foto: Mediana.

Esta nueva entrega de Ila parte de una decisión casi filosófica de renunciar al estampado. Tere, acostumbrada a dibujar flores y formas sobre las telas, decidió ahora bordarlas, coserlas, darles volumen real. “En vez de ser un print, es una textura”, dijo. La prenda se vuelve una experiencia táctil, una conversación entre la piel y la tela.

Los colores se mantienen dentro de una gama contenida, de otoño y fin de año, pero sin estridencias. “Quería hacerlo más atemporal”, explica Tere. Los dorados, los beige, los negros y un blanco que parece luz, se entrelazan con la promesa de acompañar a su dueña más allá de una temporada. Es moda que aspira a perdurar.

Entre las piezas, hay una que todas quisieron tocar, una winter jacket dorada, nacida del deseo de experimentar con algo nuevo. “Es la primera vez que hacemos una chaqueta”, me dijo con una sonrisa. Está bordada con flores creadas a partir de costuras sobre la tela, una textura que parece un jardín en relieve. Requirió doce horas de trabajo y solo existen nueve piezas. En la prenda hay una mezcla de audacia y contención. Una pieza que no busca llamar la atención por el brillo, sino por la historia que cuenta su superficie.

Otra pieza (que inicialmente el equipo había decidido no mostrar) fue la gran sorpresa de la tarde. Un kimono de organza blanca que, al colgarse frente a la luz, parecía flotar. Ninguna prenda fue tan admirada ni tan probada por las clientas como esa. A veces, la belleza se impone sin permiso.

La escena del adelanto
Una clienta se prueba el kimono de organza blanca que cautivó a todas en el adelanto. La prenda, no prevista inicialmente, se convirtió en la favorita del día. Foto: Mediana.

El encuentro con sus clientas ocurrió en el estudio, días antes de su próximo desfile en El Salvador Fashion Week Holidays 2025. Las invitadas llegaron poco a poco, entre saludos y murmullos de reconocimiento. Algunas aprovecharon para hacer sus pedidos por adelantado. Otras llegaron con la curiosidad de ver lo que aún no ha salido a la luz.

En una esquina, una mujer se probaba un conjunto verde; en otra, dos amigas reían frente al espejo, discutiendo cuál color llevarían a la siguiente boda en Cartagena. Alguien comentó que su elección sería perfecta para una cena con amigas. Otra habló de Miami. El aire se llenó de frases cortas, de promesas de viajes, de cuerpos que se movían con la suavidad de quien se siente cómoda.

Las prendas parecían adaptarse a todas: los cortes, la caída de las telas, la proporción de cada pieza. Pensé entonces que eso era lo que las hacía verdaderamente versátiles. En cada una había un reflejo distinto del mismo gesto, el de detenerse y contemplar.

En esa escena íntima, entre diseñadora y clientas, la sofisticación es un estado. Un modo de mirar. De reconocerse. Ila, con su filosofía de “no opacar la luz de quien la lleva puesta”, ha logrado algo difícil, crear moda que acompaña, no que impone.

La filosofía del instante
La primera winter jacket de Ila, una pieza bordada con flores en relieve, creada a lo largo de doce horas de trabajo para la colección Tiempo, Holidays 2025. Foto: Mediana.

“Ila significa luz”, repite Tere, como si lo dijera por primera vez. Esa palabra resume toda su visión. Cada colección parece una conversación con esa idea, cómo vestir la luz de una mujer sin apagarla. “Una mañana estaba corriendo, tenía mil cosas que hacer, y pensé: ‘me voy a tomar el tiempo para vestirme’. Ese momento cambió mi día”, contó. De esa pausa nació la colección. De ese gesto de rebeldía frente a la prisa.

Esta temporada la tienda de Ila se siente más como un laboratorio. En una mesa de su oficina, los retazos de satín se apilan junto a cintas y pedazos de organza translúcida. En otra, se distinguen moldes y bocetos con anotaciones a lápiz. Las costureras trabajan sin apuro. El tiempo en ese lugar tiene otro ritmo.

Cuando Tere habla de sus clientas, lo hace con la misma atención que pone al escoger una tela. Las conoce por nombre, por estilo, por forma de moverse. “Desde que entran ya sabemos qué andan buscando”, revela la diseñadora. Esa relación cercana se traduce en ajustes, en conversaciones sobre mangas que se alargan o escotes que se cierran. Es un diálogo entre la diseñadora y las mujeres que visten su obra.

Epílogo del tiempo
Las texturas satinadas y luminosas que dan vida a Tiempo, una colección que celebra las fiestas con la sofisticación y la calma que distinguen a Ila. Foto: Mediana.

Antes de terminar nuestra conversación, le pregunté a Tere qué viene después de esta colección. Sonrió. “Ya estamos preparando la siguiente, pero todo nace de aquí, del presente”, respondió. En su mirada suelo encontrar plenitud, como si hubiera logrado poner en tela lo que no se puede medir con relojes.

Para cerrar, la colección Ila para Holidays 2025 es una reflexión sobre la manera en que habitamos el tiempo. Cada prenda, el kimono de organza, la chaqueta dorada, los sets satinados, es una pausa consciente en medio de la velocidad.

Y mientras las clientas reían, el espejo devolvía una imagen más que de moda, de mujeres que saben detenerse, mirar, y celebrar su propia luz. Esta temporada Ila quiere recordarnos que la elegancia también puede ser una forma de quietud.

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